TRUENOS EN LA FINANCIACION AUTONOMICA

Los problemas territoriales se habían solventado siempre de la misma forma : Las comunidades, ahogadas por la asunción de más competencias, conseguían con la negociación política una mejora de sus ingresos fiscales.

Así ha ocurrido cuatro veces en 16 años y en todas ellas el nacionalismo inconformista catalán ha supuesto varios pasos por delante del resto de Comunidades que, en algunos casos han visto como no les quedaba más remedio que unirse a las tesis de la reina de las Comunidades.

No son pocos los analístas que estos días, a tenor de la propuesta Catalana, han hecho ya sus valoraciones del panorama. El Estado ya ha cedido un 36% del gasto público a las autonomías y comparte prácticamente al 50% los ingresos de la cesta de los grandes impuestos (a excepción del de Sociedades). Los Gobiernos autonómicos tienen que acreditar a los mercados que la estructura de gasto construida en la última década es compatible con un escenario de recuperación débil. O lo que es lo mismo, demostrar si a largo plazo es sostenible la estructura de gasto levantada en la última década con una recuperación económica muy débil.

El escenario autonómico se traduce en una lucha abierta por captar financiación. A falta de un rebrote del consumo y la inversión que recargue las arcas públicas, Cataluña ha abierto una puerta, colocado bonos mediante emisiones públicas y privadas (a un pequeño grupo de inversores institucionales). Lo han hecho ya algunas más por un importe histórico de 11.842 millones de euros en lo que va de año, cifra que asciende a 15.240 si se incluyen los préstamos concedidos por la banca. Por ello y si tenemos en cuenta que las necesidades financieras de las comunidades recogidas en sus presupuestos alcanzan los 27.000 millones en 2010 es de apreciar que la puerta catalana, aparte de recibir las tradicionales críticas, será seguida por los ejecutivos autonómicos.

Las autonomías nos enseñarán sus miserias, sus potencialidades y serán más transparentes si quieren obtener fondos de particulares; o de otra forma se suicidarán políticamente.