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jueves, 29 de abril de 2010

Estoloarreglamiayuntamiento. es

Javier Meana

Es seguro que en cualquier parada de bus, en un anuncio de carretera, en un post de internet Vd. ha visto la campaña de moda: “estolosololoarreglamosentretodos.org”. No es raro que no le haya pasado desapercibida ya que su coste es de cuatro millones de euros, pagados por la patronal de las empresas constructoras (Seopan) y un buen número de otras grandes empresas, bancos y alguna caja. Las mismas que hacen regulación de empleo, o ahogan a las PYMES sin dar traslado de los créditos que ellas sí reciben, pero les sobran 4 millones de euros (665 millones de pesetas) para quedar bien… Según Miguel Roca Junyent, uno de los impulsores de la idea ”,,,el mundo está mirando a España con una cierta sonrisa y hay que decirle que el país no ha perdido la confianza en sí mismo..” Correcto: en quien hemos perdido la confianza es en quien debe arreglarlo, el Gobierno de España, no en España, o lo que ha quedado de ella.

Según los últimos datos de finales de marzo, el apoyo a este invento ha sido más que tibio; 79.000 adhesiones en su web y unos 70.000 seguidores en Facebook., lo cual no deja de ser sorprendente ya que cuenta con espacios públicos gratuitos que le sirven de palmeros, en programas como el de Buenafuente, Angels Barceló o Ferrán Adriá “el subvencionado”.

Pero una iniciativa tan florida es blanco fácil para los colectivos sociales. Se han creado múltiples páginas críticas a esta campaña, en todo el mundo virtual. El grupo de Facebook “esto deberían arreglarlo quienes lo jodieron“ cuenta ya con 88.000 adhesiones; y otras tantas el grupo “estosearreglaconunaselecciones”. Hay más..

Pero al final quienes nos hacen la vida fácil o complicada son los que están a pie de calle, en el día a día: las corporaciones locales. Los ayuntamientos y diputaciones, que son a los que siempre recurrimos para poder desarrollar nuestra vida con normalidad, se les carga de responsabilidad con engañifas de Planes E, ABC o X con los que tienen que invertir en tecnología, por ejemplo, como este año, además de arreglar carreteras, fomentar el turismo y proteger a los autónomos y artesanos que viven en pueblos muy bonitos en verano, pero muy pobres todo el año; además ya vemos como algo normal que tengan que desarrollar planes de igualdad, contra la droga o de conservación del patrimonio. Llevan años sacándonos a todos, PYMES y no PYMES, las castañas del fuego, asumiendo competencias impropias para las que no tienen financiación y que en la mayoría de los casos se refieren además a servicios públicos y servicios sociales esenciales que no pueden dejar de prestarse para que muchos ciudadanos, todos, podamos desarrollar nuestra vida. Que al fin y al cabo es lo que se tiene que arreglar.

No podemos olvidar que las corporaciones locales son los verdaderos protagonistas de las políticas sociales en España. Son los que pagan a los pequeños autónomos que hacen reparaciones en las calles; a aquellos que nos prestan servicios de todo tipo y que hacen las economías de escala, e incluso alguna Ministra las hizo responsables del cambio del modelo productivo (si es que existe).

Cuando el Gobierno socialista recorta las transferencias a los ayuntamientos y diputaciones está recortando el crédito para pagar a los que peor lo pasan, los autónomos, proveedores, pequeños empresarios y sus trabajadores. Nuestros vecinos de piso, en definitiva. A pesar de todo, los hechos han demostrado que no hay administración que esté dando más con menos.

Hace unos días han ido, en tropel, alcaldes y presidentes de diputaciones a pedir reformas, ayuda, reconocimiento, cumplimiento de lo prometido…. Al Gobierno de España, en el Congreso de los Diputados.

Es absolutamente imprescindible la adopción de medidas para ellos que puedan repercutir en nosotros. Mientras tanto propongo que Pedro Castro, Presidente de la FEMP, y que dijo aquello de "¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?" pague la subida del IVA el próximo julio. Él solito. No se puede, ser capador y capado a la vez.