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DE CUANDO EL ELEFANTE PARIÓ UNA CANICA…. EN WASHINGTON

J.M


La economía envuelve nuestra vidas…. Y no sabemos qué hacer con ella. Y si no, dígame Vd. cuántas veces ha hablado estos meses de las hipotecas subprime (que sabe lo que son, pero no como se traduce), o que sube el interbancario (como si fuera un empleado de dos bancos que lleva papeles). Y estoy seguro que ha comentado con aplomo algo sobre la falta de liquidez en los mercados (ya sabe, los mercados… de toda la vida) y sabe diferenciar a Lehman Brothers de un grupo de música; por supuesto conoce que existen planes de rescate (¡¡¡para los bancos!!! que antes te rescataban a ti) y el desastre que ha supuesto que éstos tuviesen productos tóxicos dentro de sus oficinas….y para rematarla, sabemos, ahora, que los ofrecían a sus clientes. En fin..

Y la paradoja, es que seguro (y no me engañe) lo ha hecho mientras tomaba un café con sus compañeros de trabajo…. Pues déjame que le diga, la crisis le ha demostrado que Vd. tiene mucha suerte. Entonces ¿qué lo voy a contar yo a Vd. que le pueda interesar???

Pues nada. Lo mismo que ha ocurrido en la Cumbre de Washington. No nos han dicho nada nuevo. Nada que tras un café con los amigos o después de leer un periódico, no supiéramos ya. De la cumbre del G-20 hemos aprendido que “la globalización es positiva, que la economía de mercado no tiene alternativas y que el Estado tiene un papel importante en esa economía ….” El elefante parío una canica.

Acuerdos sin concreción sobre reducciones fiscales, transparencia en los mercados financieros, refuerzo de los países emergentes en el FMI (que no sé si es que van a poner más dinero o qué) y apuesta por el mercado librecambista (vaya novedad).

Bueno, pues el único compromiso general es la reactivación de la economía” ¿Vd. sabe cómo se reactiva la economía? Yo no… y lo peor es que ellos tampoco; no han dicho cómo.

La Cumbre ha resultado un fracaso, con unas conclusiones anodinas, en el mismo reino de las hadas, donde el concepto más citado es el de transparencia sin hablar de la especulación, verdadera causa de la crisis.

Pero el fracaso es más rotundo: nadie se ha ocupado de cómo van a salir de la crisis los que ya padecen miseria en tiempos de crisis. Pero es que esta gente, los que han visto reducidos sus derechos más esenciales a la mínima expresión, tampoco aparecen en los cafés de media mañana de Vd. y yo, ni en las noticias ni en la cumbre de Washington. No son objetivos de políticas calmantes, ni siquiera entran en previsiones.

Nadie ha diseñado un plan de rescate para aquellos a quienes los excesos de otros les han despojado de sus tres derechos básicos: la vida, la libertad y la propiedad.

Miren, Jonh Locke, padre del liberalismo, dijo hace más de 400 años que el hombre posee tres derechos innatos y por tanto anteriores e independientes de su reconocimiento por los estados; el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad.
Ni es libre quien vive empujado por la brutal necesidad ni tiene propiedad quien no tiene lo imprescindible para vivir.
Cojan los periódicos y empiecen a contar los expedientes de regulación de empleo; ya verán como no estoy hablando del tercer mundo.

El liberalismo que han refundado algunos papanatas como la madre de todas las soluciones ya estaba vigente antes de ir a Washington. Antes de ir, ya era la más social de todas las políticas posibles; la más justa si se reconocen estos derechos para todos y la única receta contra la crisis económica.
Pero los que padecen miseria en tiempos de crisis, siguen sin aparecer en las conclusiones finales, reunión tras reunión, y cada vez se alejan más de nuestro mundo.
Tonterías como “hacer un paréntesis en el libre mercado (Díaz Ferrán. Presidente CEOE) o “el capitalismo nos ha fallado, hay que perder el miedo a la palabra proteccionismo” (Sarkozy, antes de ir a la Cumbre, claro), nos alejan más de ellos.

La sensación de fracaso se ha extendido por el globo, en todos los medios de comunicación, menos en la oficina de prensa de nuestro (invitado) Presidente de Gobierno. Eso sí, en 2 días de reunión, se ha hecho liberal. El mundo al revés y el elefante parió una canica.